Una de las frases que más escuché a lo largo de los años fue: “a mí las hierbas medicinales no me hacen nada”. Intentaremos averiguar por qué.
Los motivos pueden ser variados, desde el excepticismo o una resistencia de la persona hacia los métodos de curación tradicionales, hasta la falta de conocimiento de estos saberes.
En Herbolaria, es muy importante complementar el empleo de las plantas de manera intuitiva (a partir de lo aprendido popularmente), con el estudio y la investigación científica, la cual nos demuestra que para que los yuyos resulten lo más efectivos posible -entre otras cosas-, tendremos que:
- Darles tiempo. Las plantas no deben comportarse como las píldoras de la medicina convencional; se toman su tiempo para ayudarnos a recuperar el equilibrio natural (homeostasis). Tal vez, no nos alcance con una sola toma para mejorar un síntoma (aunque en muchos casos será suficiente).
- Seleccionar la parte correcta. Hay muchas plantas que son medicinales en su totalidad, pero por lo general concentran la mayor cantidad de sus principios activos (propiedades curativas) en una sola parte o dos (raíz, hoja, flor o fruto). Empleando la parte recomendada por los especialistas, aprenderemos a aplicar en casa un manejo criterioso de las plantas medicinales y así elevar su efectividad.
- Escoger el modo de preparación adecuado. Si elaboramos un remedio herbal de manera incorrecta, se echarán a perder las propiedades de sus principios activos. Por ejemplo, si exponemos las flores de Manzanilla a largos minutos de decocción o agua demasiado caliente, su calidad medicinal se verá alterada, puesto que hervirlas estropea su estructura (incluso a nivel molecular). Las flores son vulnerables, es así que se sugiere prepararlas en infusión, tintura madre (con la graduación alcohólica adecuada) u óleo macerado.
La diferencia entre Herbolaria y Fitomedicina radica en que la primera es un saber popular y ancestral, mientras que la segunda la aplican los médicos bajo un Vademecum Fitoterapéutico y se encuentra apoyada en la metodología de la investigación científica. La Herbolaria alude a la técnica general y popular de tratamiento a través de los vegetales, la cual puede ser practicada por todos; en cambio, la Fitomedicina es la medicina por medio de los vegetales y la cual sólo puede ser practicada por médicos. Incluye técnicas y medicamentos elaborados en laboratorio con comprobada eficacia. De todas maneras, no podemos hablar de prácticas enfrentadas, sino más bien de saberes “entrelazados”.
En un mundo que necesita encontrarnos siempre en perfecto estado salud para producir cada día más y más, sería una decisión revolucionaria volver al pasado y esperar a que las plantas ayuden al cuerpo a recuperar el equilibrio. Pero, teniendo en cuenta que los organismos tienen capacidad de autocuración, te aliento a ir más allá: antes de considerar el empleo de hierbas medicinales o el inicio de un tratamiento médico, brinda tiempo a tu cuerpo, escucha sus procesos, déjalo «ser», expresarse y transitar los cambios necesarios. Registrar estos acontecimientos es importante para arribar a un bienestar prolongado y a un conocimiento más profundo a nivel físico, mental, espiritual y emocional.
Frente a un malestar, mi propuesta es:
- Registra cuál pudo haber sido el origen.
- Intenta corregirlo con hábitos saludables como un ayuno o reposo.
- Observa las plantas en tu botiquín.
- Tómalas sólo si es absolutamente necesario.
Podría ser un pensamiento mágico, pero caminar entre ellas o convivir a su lado, también puede resultar muy sanador. En este sentido, el escritor austríaco Clemens G. Arvay escribió:
«Las plantas se comunican directamente con nuestro sistema inmunitario y con el inconsciente sin necesidad de tocarlas y mucho menos ingerirlas. Esta fascinante interacción, entre el ser humano y las plantas, que ahora la ciencia empieza a comprender poco a poco, es de gran importancia para la medicina y la psicoterapia. Además de que nos mantiene física y mentalmente sanos, previene contra las enfermedades. En el futuro, acompañarse de plantas desempeñará necesariamente un importante papel en el tratamiento de enfermedades físicas y psíquicas. No podrá existir ninguna clínica sin jardín o sin acceso a prados y bosques, tampoco poblaciones sin zonas naturales ni ciudades donde no haya naturaleza».
Este será uno de los tantos temas que abordaremos en la Caminata de Reconocimiento de Especies Medicinales en el Jardín Botánico Carlos Thays, y en el Taller Sólo Árboles. Por un pequeño aporte mensual, para los Miembros del Diario de una Naturalista, las caminatas son sin cargo, y los cursos y talleres gozan de un 50% de descuento.
Importante: el consumo de hierbas medicinales es ante todo un tratamiento preventivo y, en segundo lugar, alivia un sinnúmero de malestares, pero de ningún modo deben reemplazar a los medicamentos y/o tratamientos indicados por el médico. Las plantas medicinales poseen precauciones, contraindicaciones y advertencias. Las propiedades aquí descritas son a modo informativo y sobre la base de personas sanas que no estén bajo tratamiento o tomando medicación alopática. Ante cualquier duda o inquietud, debes consultar a tu médico de cabecera.