«Cambridge me gustaría mucho si él estuviera aquí»

¿Es el arte una de las tantas formas de la salvación?

«Traté de ahogarme una vez. Nadé mar adentro lo más lejos que pude pero me escupía como si fuera un corcho, supongo que no me quería.
Sabes, es curioso, siempre fui feliz hasta que cumplí 9 años. Siempre estaba entera, entonces mi padre murió. Mi padre yace enterrado a 5 brazas de agua. Se ha hecho coral con sus huesos; los que eran ojos, son perlas».

Sylvia Plath a Ted Hugues en un pasaje del film «Sylvia».

La película me recordó que en mi biblioteca tengo un libro que atesora dibujos, cartas y fragmentos del diario de la poeta. Pero no son sólo los trazos o los escritos de Sylvia Plath, son las gaviotas que ella miraba, los paisajes de Rock Harbor, los barcos en Wisconsin, las flores de la pradera, las Castañas de Indias.

¿Dónde habita el poema antes de ser poema? El libro me responde: «‘He descubierto mi fuente de inspiración más honda, que es el arte: el arte de los primitivos como Henri Rousseau, Gauguin, Paul Klee y De Chirico. He sacado montones de libros maravillosos de la Biblioteca de Arte (siguiendo la sugerencia del magnífico Curso de Historia del Arte al que voy de oyente todas las semanas) y desbordo ideas e inspiraciones, como si hubiera estado conteniendo un géiser durante un año’.»
Mientras leo, me resulta imposible no pensar en cuál es mi fuente de inspiración, dónde habita lo que da forma a las palabras y sus estados de ánimo.

Si observo detenidamente las salvias, puedo notar un movimiento que le es único, una danza violeta que no comparte con otras flores de su mismo color. A su vez, experimento el sosiego de mirar con atención algo que se encuentra fuera de mí, y es cuando las palabras de Leopoldo Castilla cobran sentido: «Dejar de ser vos para que la poesía accione libremente». Y es en esa calma cuando la poesía ocurre, como ocurría en el géiser de Silvia Plath cuando se enfrentaba al papel. Dice su hija, Frieda Hugues: «En su poema ‘Dibujar’, mi padre describe cómo el propio acto de dibujar calmaba a mi madre, y cómo se concentraba y tranquilizaba, y cómo, a medida que las horas ardían, torturaba los objetos que representaba hasta que estos ocupaban su posición definitiva, y toda la escena quedaba aprisionada para siempre.»

Silvia Plath. Foto: Internet

 ¿Es el arte una de las tantas formas de la salvación?
 
Cuando el espejo me devuelve una fotografía fuera de foco, la naturaleza y la poesía me invitan a hacer click una y otra vez hasta dar con una imagen más nítida y real de mi vida porque (una vez más, el «Teuco» Castilla): “El poeta escribe desde el pulso escondido de la realidad”.

Música para acompañar la lectura:

Video Games, Lana Del Rey

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