Hacerme palabra de pronto

«El cielo nocturno encierra muchos misterios y revelaciones. Casi se siente como un reflejo de lo que hay dentro». Priya Singh.

No dejaremos de explorar
y al final de toda nuestra investigación
habremos llegado a donde comenzamos
y conoceremos el lugar por primera vez…
cuando las lenguas de fuego se plieguen
para formar un nudo de fuego
y el fuego y la rosa sean sólo uno.

T. S. Eliot

No sólo en primavera hay poesía —tan colorida y animada—; también hay poesía en la pérdida. Otoño, devenir entre lo que queda y se desprende.

Hay poesía en lo intangible del mundo. Pero, ¿cómo hacerlo sentir? ¿Cómo llevar palabras a lo perdido? ¿Asombrarme de todo lo conocido como si fuera la primera vez?

Hermann Hesse escribió que la clave de toda mirada poética está en abandonarse ante el ser de las cosas: “El alma de las cosas, la belleza, sólo se nos revela cuando no codiciamos nada, cuando nuestra mirada es pura contemplación”. «Dejar que las cosas nos hablen para después hablarlas», afirma el escritor Marcelo Di Marco.

Poesía es dar a ver.

Paul Éluard.
Hojas y frutos de otoño

«¿Quién no ha aullado nunca delante de las cosas? La tiniebla de una fronda, los asaltos lastimeros del viento, la impotencia ante una fiebre, nos parecen ricos misterios, misterios de dolor y peligro, a los que estamos tentados de dar la palabra, para conocerlos y poseerlos mejor. Y darles la palabra quiere decir reducirlos a un nivel humano y ciudadano, hacernos palabra de pronto, expresar y significar la turbia, atroz, pululante selva humana».

Cesare Pavese

Hacerme palabra de pronto. Conectar con mi ser esencial y salvaje para decir de una manera completamente mía. Dôgen, el maestro zen del siglo XIII, dijo: «Asumo el riesgo de ser quien soy. A pesar de la educación que tuve, de la crianza, del nombre que me pusieron, de la influencia social. Soy yo mismo en espacios cada vez más amplios. Me permito sentir alegría o pena. Me expando. El universo habita en mí. Soy una hoja en blanco donde escribo todas mis contradicciones. Soy la voluntad de estar al margen«. Por mi mente desfilan sus ideas en oración silenciosa. Si el universo habita en mí, ¿quién escribe cuando escribo?

Detalle de corteza de árbol

A veces, deseo convertirme en tren nocturno, tambores o las lunas de Barsoom; pero hoy no, hoy mi cuerpo decide transformarse en haiku. El breve poema que soy se asienta en medio del río y sus versos se vuelven agua.

El sabio «vive su vida en círculos abiertos que pasan por las cosas«, escribió Rilke. Se abre a los sentidos al igual que el poeta a la intemperie: más tarde o más temprano la naturaleza se encarga de acomodar al fuego y la rosa, a las hojas y frutos de otoño, a las cortezas de los árboles.

Música para acompañar la lectura:

Piano, Lenguaje del silencio

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